La noticia alentadora en todo el mundo se produjo este lunes festivo luego que los medios de comunicación del planeta replicaron un artículo sobre un estudio de la revista ‘The Lancet’ que confirma que la vacuna de Oxford fue segura en la fase 2 y generó una buena respuesta inmune en un ensayo clínico con mil personas.
Como se sabe, esta vacuna debería funcionar en poblaciones objetivo y mantener las defensas por un tiempo prudencial. Sin embargo, el ensayo no puede concluirlo por ahora y por eso debe entrenar en fase 3, con ensayos que actualmente se llevan a cabo en Inglaterra, Brasil, Suráfrica y otros lugares.
Publican los medios que extraoficialmente se ha conocido que en esta etapa 3, se involucrarán al menos 30.000 personas. Allí se verá también un número de dosis aproximado para analizar un nivel de producción adecuado.
Se sabe, además, que en la producción de esta vacuna participa en laboratorio AstraZeneca, que si bien ha reconocido la posibilidad de que no funcione este producto, ya se comprometió a fabricar 2.000 millones de dosis, con 400 millones para la Unión Europea, que estarían disponibles a finales de año.
Los datos también muestran que la inyección tuvo efectos secundarios: fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y reacciones en el lugar de la inyección, en aproximadamente el 60 por ciento de los pacientes. Aun así, los expertos los consideraron leves o moderados, y se resolvieron en el transcurso del estudio.
Si bien la vacuna Oxford-AstraZeneca, conocida como AZD1222, se ha movido más rápido a estudios de gran escala que cualquier contendiente importante, la publicación explica que los hallazgos aún no son generalizables.
Los datos también muestran que la inyección tuvo efectos secundarios: fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y reacciones en el lugar de la inyección, en aproximadamente el 60 por ciento de los pacientes. Aun así, los expertos los consideraron leves o moderados, y se resolvieron en el transcurso del estudio.
La inyección de la Universidad de Oxford empezó a probarse en abril con 1.000 personas. Está diseñada para reducir la enfermedad y la transmisión a partir de la inoculación de un virus genéticamente modificado que causa resfriado en los chimpancés. Este se parece al coronavirus y de esa manera, cuando entra en el cuerpo, el sistema inmunitario aprende a atacarlo.
Si bien la vacuna Oxford-AstraZeneca, conocida como AZD1222, se ha movido más rápido a estudios de gran escala que cualquier contendiente importante, la publicación explica que los hallazgos aún no son generalizables.
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