Por: William García Tirado Columna de opinión
El Alcalde Dau, caprichosamente, de manera improvisada, y sin siquiera haberlo contemplado o planeado como acción de gobierno en su Plan de Desarrollo, arrebató de las manos del Gestorcatastral natural de todo el país; el Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC el manejo de la Gestión catastral del Distrito de Cartagena; para entregárselo repentinamente, como jugoso negocio a sus amigos de Bogotá, la empresa GO CASTASTRAL, que desarrollo dicho convenio con una sarta de irregularidades que poco a poco vienen saliendo a flote y que ya son objeto de investigación por los entes de control; empresa que no va más, y que debería entregar este 31 de diciembre otra vez al IGAC toda la gestión que ejecutó, para que este último continúe como gestor catastral distrital a partir del 1 de enero de 2024.
Pero lo que ya se murmuraba y se temía, ocurrió; el Alcalde Dau mediante Oficio AMC OFI 0193174 2023 SUSPENDIO EL PROCESO DE EMPALME con el IGAC; y en consecuencia deja a la ciudad al cierre de su función de circo de 4 años; en el pleno limbo jurídico catastral; pues no habiendo operador catastral; y no habiendo recibido el IGAC la gestión catastral del distrito; siendo que los trámites de contratación de uno nuevo podría durar meses; desde el 1 de enero de 2024 Cartagena quedara en un limbo jurídico; pues Go Catastral que ya terminó su convenio este 31 de diciembre no podrá prestar ese servicio público y el IGAC tampoco porque no ha recibido de manos de GO CATASTRAL con lo que se paralizara todo lo concerniente a certificaciones, planos, licencias de construcción, subdivisiones y correcciones de linderos de predios; amen a que los avalúos catastrales base para la liquidación del impuesto predial unificado IPU debe basarse en la Base que da al Distrito el gestor catastral oficial y si no lo hay ¿Cómo se liquidarán los prediales? Sera un caos; y mientras tanto los organismos de control cruzados de brazos como lo han pasado estos últimos 4 años frente al estado de ingobernabilidad y descontrol en que se deja sumida a la ciudad.
Los empalmes no son una extravagancia que se hace o no se hace según el antojo del mandatario o el estado de la luna; no; es una obligación legal con connotaciones disciplinarias que debe y tiene que hacerse para no afectar la continuidad en la prestación del servicio público de la Gestión catastral, y consecuencia de que no se esté haciendo, estamos en el limbo en materia catastral. Dios nos ampare.
Esta grave situación catastral negligente, previsible, evitable, injustificada y disciplinable, en que se deja al Distrito, avoca a la nueva administración a que corresponde una declaratoria de emergencia económica y social que permita de manera inmediata poder garantizar a los cartageneros la continuidad del servicio público de gestión catastral y no se vea interrumpido.
Si es del caso, ampliaré ante la Procuraduría, la Contraloría inclusive de la Fiscalía de la Nación y especialmente de la Superintendencia de Notariado y Registro, que vigila tales actividades, a fin de tomen cartas en el asunto y profieran las sanciones a que haya lugar.
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