Por Benito Acosta Vergara Ex alcalde de San Juan Nepomuceno

El concepto de la planificación se enmarca dentro de una serie de parámetros que permiten ser guía del desarrollo de manera ordenada y viable; es así como en nuestros municipios menores de 100.000 habitantes, ya sea que estén ubicados en la región Caribe de nuestro país, o bien en cualquier punto de la geografía latinoamericana, se hace necesario establecer pautas que logren mejorar la calidad de vida de las comunidades de forma integral.
La obra pública, la disponibilidad de servicios, el saneamiento básico, entre otros aspectos del desarrollo, deben ir de la mano con las comunidades, pero orientados por los conceptos claros de planificación integral, para que los esfuerzos aislados en la construcción de espacios comunitarios en zonas donde aún las necesidades básicas no han sido resueltas, no impacten de forma parcial e incompleta. Es tarea de las administraciones públicas, encontrar el camino dentro de las limitaciones presupuestales, que lleve a asegurar que las inversiones impacten de manera definitiva en el tiempo un sitio urbano de terminado.
En estos propósitos es definitivo el mejoramiento de las vías de penetración, calles, lo cual permitirá el acceso a los servicios complementarios, tales como puestos de salud, escuelas, sitios de recreación, y la intercomunicación del barrio con zonas aledañas, de comercios en los cascos urbanos. Es también importante mejorar el espacio público para la interacción entre vecinos, que permite aumentar la percepción de seguridad de sus habitantes.
En mi vida de servidor público se han logrado unas acciones palpables en un barrio existente, cuya historia se remonta a la creación misma del centro poblado que lo alberga. En el municipio de San Juan Nepomuceno, Bolívar, el barrio San Isidro, fue intervenido de manera integral en el mejoramiento de sus servicios básicos tales como acueducto, redes de alcantarillado, para posteriormente mejorar de manera definitiva las vías internas y las conexiones externas de este entorno habitable; hoy se puede palpar la diferencia que existe entre un pasado lleno de carencias urbanas y un presente mejorado de manera clara y definitiva.
Aunque no se alcanzó el 100% de los aspectos que todo espacio urbano debe tener, el impacto en la salubridad, la movilidad, la disponibilidad de servicios, así como aspectos de seguridad y valorización de la vivienda, se vieron ostensiblemente mejorados luego de la intervención sobre la zona.
Todo esto se consigue no sólo con la disponibilidad de los recursos sino con la decisión de hacer del desarrollo un propósito viable y una realidad planeada. Convertir en política pública el mejoramiento integral de los barrios es clave para lograr mejoras en la calidad de vida de las comunidades.
Leave a Reply