Aun cuando estas dos palabras suenan igual, sus significados son diferentes. SIMA es básicamente una cueva o caverna natural y CIMA es el lugar mas alto de la montaña. Es fundamental hacer esta diferenciación para entender donde estamos los unos y desde donde están viendo los otros.
La circunstancias especiales de esta pandemia nos ha puesto a todos dentro de la SIMA sin importar raza, credo o condición, pues el ataque del virus ha sido inmisericorde y despiadado demostrando tener mas rapidez y efectividad que quienes controlan el mundo en gobiernos, cultos y otras orientaciones de cualquier orden.
Entonces nos ubicamos todos en la cueva obligada para cada territorio, las viviendas u hospitales como refugios para esperar una respuesta de protección o sanidad. Esa respuesta en todos los casos requiere la gestion y eficiencia de los sistemas que jerárquicamente generan orden en el mundo entero.
Así las cosas, las alarmantes cifras de contagio, el alto porcentaje de mortalidad en Cartagena nos exigen revisar desde donde estamos analizando la pandemia, si en la SIMA o desde la CIMA.
Personalmente, considero que se viene analizando desde la CIMA sin dejar de mantenernos a todos en la expectante fidelidad con la SIMA por seguridad. Lo anterior lo digo porque aún cuando un alto porcentaje de ciudadanos somos responsables, manteniéndonos en la SIMA; las cifras continúan diciendo que no ha sido suficiente ni eficiente la medida.
Entonces hacemos el análisis de si esta medida, mantenernos en la SIMA ¿ha sido adecuada y suficiente? Con dolor de ciudadana la respuesta es NO.
Surge un interrogante mayor y es ¿cómo podemos hacer para mejorar las cifras sin continuar condenados a la SIMA? Para mi la respuesta es simple. Escuchar a los de la SIMA que claman a gritos que las decisiones de quienes están en la CIMA sean acordes a la identidad de la SIMA.
La SIMA nos está indicando que:
1- Existe un alto número de contagios en centros de alta densidad poblacional, que hoy han sido condenados a la SIMA. Debemos, entonces garantizar ayudas humanitarias, manejo de cerco epidemiológico, identificación de entradas y salidas, alineación de la seguridad ciudadana y controles estrictos en esos sectores.
2- Tenemos emprendedores, empresarios y comerciantes que viven del turismo y afines, que aún pueden diversificar sus servicios y prestarlos a domicilio, reinventar sus cartas para ir reactivando la economía en zonas no contagadas porque no mirar una estrategia de reactivación sectorizadas con protocolos únicos.
3- Conocemos la problemática del mercado de Bazurto y la necesidad de su cierre, entonces generemos espacios de mercados satelitales, barriales o sectoriales es una oportunidad para mover la economía colaborativa local. Santa Rita es una gran alternativa.
4- Clamamos por la unidad de todos los sectores e incluso la cohesión institucional para poder derrotar a un enemigo común que desde su nombre ha sido superlativo en su accionar.
Hay mucho trabajo que analizar para que esas acciones y medidas sean acordes a la identidad de la SIMA que es dinámica, sectorizada e inclusive excluyente cuando estas medidas no llegan a la mayor parte de ella.
Hay un reto grande en este momento y es lograr la cohesión institucional sin que nos echemos culpas unos a otros, sin retractarnos, sin apegos a los like en las redes, sin los nefastos consejos desde el ego de consultores o asesores y por supuesto teniendo claro que la mayoría está en la SIMA esperando que quienes están en la CIMA sean mas asertivos en las decisiones de la ciudad del millón de habitantes… La fantástica y Heroica Cartagena.
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